Capturaron la imagen de un urutaú, el fantasma de los bosques, en Parque Pre Delta
El fotógrafo Juan Vidal capturó la imagen de un urutaú, “el fantasma de los bosques”, en Parque Pre Delta. “Viví uno de los días más increíbles”, aseguró el autor de la foto al dar cuenta de los tesoros que alberga el territorio entrerriano.
El fotógrafo Juan Vidal capturó la imagen de un urutaú, “el fantasma de los bosques”, en Parque Pre Delta. “Pudimos fotografiar y grabar al fantasma del bosque y la selva”, aseguró el autor de la foto al ponderar los tesoros que alberga el territorio entrerriano.
“Sentir su canto a metros es algo que eriza la piel y así nos despidió”, mencionó Vidal y destacó que el registro del ejemplar “no es muy frecuente”. “Es el primer registro documentado en la zona y, además, encontramos otro más posado encima nuestro”, repasó el fotógrafo.
Sobre el urutaú, “el fantasma de los bosques”
Al Nyctibius griseus se lo conoce comúnmente como Kakuy o Urutaú, nombres dados en lengua quechua y guaraní respectivamente. “Es una especie de ave caprimulgiforme que habita desde Centroamérica hasta el noreste de Argentina", aseguró el biólogo Roberto Salinas.
El algunos lugares, también se lo nombra “pájaro fantasma”, ya que camufla su plumaje con la corteza de los árboles del monte, o “pájaro estaca”, porque generalmente se encuentra posando en el extremo de los árboles, inmóvil y erguido durante el día. Sin embargo, es en la oscuridad de la noche, cuando el Kakuy despliega todo su misterio y emprende su vuelo para salir de caza.
Y aunque popularmente se lo represente como un animal maligno, se trata de un ave totalmente inofensiva y dócil. A diferencia de la mayoría de las aves, el kakuy no hace nido y pone un solo huevo.
El Kakuy mide entre 33 y 38 centímetros y tiene un plumaje de tonos marrones, pardos, negros y grises que le permite camuflarse perfectamente con los troncos de los lugares donde vive. “Tiene unos ojos amarillos que resaltan con su plumaje y son pájaros muy difíciles de ver, aunque no de escuchar. Su grito es melancólico y persistente, como llanto o lamento humano y es esta característica, junto a su hábito nocturno, la que generó la mayoría de las leyendas”, cuenta el biólogo en una entrevista que rescató Página 12 de Catamarca/12.
Fuente: EL ONCE